Este 22 de noviembre se cumplieron 42 años de la publicación del conocido
como Álbum Blanco, oficialmente titulado The Beatles. Aunque nuestros
protagonistas pensaron en algún momento llamarlo "A doll's house" (Casa de muñecas), titulo de la obra teatral de Henrik Ibsen, la existencia colectiva de los Beatles ya no tenía nada de infantil ni de imaginaria. Las conexiones entre los fab four comenzaron a desgastarse más que
nunca durante la grabación de este doble LP, fue la etapa en la que se
inicio la verdadera separación del grupo. A esta circunstancia contribuyó
de manera clara la presencia, e incluso intervención, de Yoko Ono en
las sesiones de grabación del Álbum Blanco, desde la primera del 30 de
mayo de 1968 en Abbey Road. En ese momento, los demás beatles
se dieron cuenta de que aquello no era un ejemplo más de la fascinación
de Lennon por lo extravagante, una manía que seguiría su curso y que, antes o después, desaparecería.
Una de las contribuciones de la japonesa se plasmo
en "Revolution 9". John y Yoko cogieron los últimos 6 minutos de una toma de diez minutos de Revolution y añadieron múltiples efectos sonoros y secuencias cíclicas de
cinta hasta convertirla en la desconcertante
"Revolution 9". Otra intromisión tuvo lugar cuando estaban grabando "Sexy Sadie", de John.
Después de una sola toma, Yoko interrumpió diciendo que lo podían hacer mejor.
Lennon, atrapado entre su nuevo amor y sus camaradas, lleno el vació con
rapidez, diciendo: "Bien, tal vez yo pueda".
Si Yoko Ono no provocó la separación de los Beatles de manera directa, está claro
que fue el catalizador que inicio la retirada inexorable de John del grupo.
Como explicaría Lennon en 1970: "Verán, supuse que podría seguir igual y que
podría introducir a Yoko en nuestra vida (como beatles), pero parece que tenía que
estar casado con ellos o con Yoko, elegí a Yoko y no me equivoque"(Lennon
Remenbers, de Jann Wenner, 1971).
Por su parte, Paul declararía: "Se trataba en gran parte de que John necesitaba un
horizonte nuevo, eso fue lo que lo arrojó de cabeza a la confusión... Quería vivir la
vida, hacer cosas y a John no había quien lo parara. Y por ello todos lo
admirábamos. De manera que en realidad no podíamos decir 'Oh no queremos
que hagas eso John. Quédate con nosotros'. Tenia que suceder". (Lennon, de Ray
Coleman). Aparte del asunto Yoko Ono, el Álbum Blanco tiene otras singularidades como que fue el
primer y único disco doble oficial de los Beatles, que fue el primero
bajo el sello Apple y que vivió durante unos días el abandono de
Ringo del grupo. Este hecho se produjo el 22 de agosto de 1968.
El batería sintió que los demás no le hacían caso y estaba cansado
de sus constantes rencillas. Es probable que lo peor fuera la
sensación experimentada por Ringo de que no estaba tocando
bien, una sensación estimulada por Paul, que no solo tenia la
costumbre de aleccionar a Ringo con respecto a como tocar la
batería, sino que incluso le apartaba para tocar el mismo. Así,
cuando McCartney le arengó por su manera de tocar en "Back in the
USSR", Ringo se largó de Abbey Road en medio de la sesión.
Después de unos días, los demás beatles se dieron cuenta de que no era un
enfado pasajero y lo invitaron a una reunión en casa de George para convencerlo
de que volviera al grupo, animándole con que era tan beatle como cualquiera y el
mejor baterísta que la banda podría tener jamás. El 3 de septiembre Ringo volvió a
Abbey Road, donde encontró su batería rodeada de flores. Durante la deserción de
Ringo, Paul se ocupo de la batería en la grabación de los temas "Back in the
USSR" y "Dear Prudence" que aparecen en el disco.
Otro detalle que no podemos dejar pasar del Álbum Blanco es la participación de Eric Clapton en "While my guitar wently weeps", para muchos la mejor canción de este doble LP. Harrison propuso la idea a su amigo el 6 de septiembre, y esa misma noche lo que dominó la sesión fue la magnifica guitarra principal de Clapton: sólida, fluida, moderada y urgente, era la obra de un maestro.
Una última singularidad podría ser que el Álbum Blanco
también coincidió con una disminución general de los
trucos de estudio y la técnicas de producción que habían
caracterizado los lp's anteriores desde Revolver. Como muchas
canciones fueron compuestas en la India, estaban basadas en
la guitarra y el sonido de sus maquetas no se diferenciaba
mucho de las pistas definitivas del disco.
A esto quizás también contribuyo la dimisión de Geoff Emerick, miembro
clave del equipo de grabación, cuyo ingenio fue vital para los logros tanto de
Revolver como de Sgt. Pepper. Por ultimo, quisiera destacar a titulo
personal la cara C del Álbum Blanco, que es la parte más
rocanrolera del mismo. Una vez más, los Beatles demuestran que
son una banda fundamentalmente rockera. Para muestra, una
anécdota en torno al tema Helter Skelter que narra
Mark Lewisohn en su libro Recording Sessions: la primera vez que la grabaron se vieron tan envueltos
por su furia intensa y chillona que en una de las versiones siguieron improvisando durante más de diez minutos, más de doce en una segunda y unos veintisiete épicos minutos en una tercera, sin dejar de tocar con precisión; el 9 de septiembre, el día que grabaron la versión que aparece en el disco, mantuvieron la duración en cuatro minutos y medio, pero se volvieron igual de salvajes.
también coincidió con una disminución general de los
trucos de estudio y la técnicas de producción que habían
caracterizado los lp's anteriores desde Revolver. Como muchas
canciones fueron compuestas en la India, estaban basadas en
la guitarra y el sonido de sus maquetas no se diferenciaba
mucho de las pistas definitivas del disco.
A esto quizás también contribuyo la dimisión de Geoff Emerick, miembro
clave del equipo de grabación, cuyo ingenio fue vital para los logros tanto de
Revolver como de Sgt. Pepper. Por ultimo, quisiera destacar a titulo
personal la cara C del Álbum Blanco, que es la parte más
rocanrolera del mismo. Una vez más, los Beatles demuestran que
son una banda fundamentalmente rockera. Para muestra, una
anécdota en torno al tema Helter Skelter que narra
Mark Lewisohn en su libro Recording Sessions: la primera vez que la grabaron se vieron tan envueltos
por su furia intensa y chillona que en una de las versiones siguieron improvisando durante más de diez minutos, más de doce en una segunda y unos veintisiete épicos minutos en una tercera, sin dejar de tocar con precisión; el 9 de septiembre, el día que grabaron la versión que aparece en el disco, mantuvieron la duración en cuatro minutos y medio, pero se volvieron igual de salvajes.
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